domingo, 14 de dezembro de 2014

EMPEZAR BIEN

_______________________________________________________

 

 

Empezar bien

 

Daniel L. Jensen, C.S.B.

 

 

"Cuando empecé con la práctica de la Ciencia Cristiana, mi maestra ilustró inolvidablemente este punto de elegir la premisa correcta. Bien al principio de su práctica, su hijo menor se había quedado paralizado de la cintura para abajo con una creencia de polio. Bueno, se pueden imaginar cuán enérgicamente trabajó esa madre - durante horas cada día. Y después de terminar el tratamiento, como es humanamente comprensible, ella iba y miraba debajo de la sábana para ver si él podía mover sus pequeñas piernas. Esto siguió de esta manera durante cuatro largos meses. Finalmente ella misma recurrió a la ayuda de un practicista y le relató las circunstancias. El sólo sonrió e hizo una simple y reveladora observación: "Deje de mirar, querida". Y ella reconoció inmediatamente lo que había estado haciendo."

Foto_ Edésio Ferreira Filho_ Raio de Sol no Paraná_2007

 

La Sra. Eddy nos dice, "Empezar bien es terminar bien." (CyS 262:31 solamente). Y de esto es de lo que me gustaría hablarles esta mañana, de "empezar bien". ¿De qué premisa partimos en nuestras oraciones y en nuestros tratamientos, del espíritu o de la materia?

La mente mortal presenta sus pretensiones materiales de enfermedad, discordia y carencia a toda la humanidad, o al menos eso parece. Y como gran parte del mundo es ignorantemente llevado a aceptar estos cuadros de los sentidos materiales como si fueran una realidad inmediata, intentan sanarlos de la única manera que conocen: materialmente. Pero casi la primera cosa que un estudiante de la Ciencia Cristiana aprende, es que nosotros, en la práctica de esta Ciencia, no usamos medios materiales para sanar.

Gradualmente vamos entendiendo cómo y por qué recurrimos exclusivamente a los medios espirituales. Esta elección en la búsqueda de soluciones es generalmente aceptada entre los científicos cristianos. La mayor parte de ellos creen en el uso de medios metafísicos y en la necesidad de valerse sólo de estos, no mezclarlos. Pero hay un área vitalmente importante en la que todos, con frecuencia, nos desviamos. Cualquier practicista experimentado de la Ciencia Cristiana les dirá que nueve de cada diez pacientes vienen pidiendo ayuda metafísica, pero ¿para lograr qué? Para curar un cuerpo material, una situación material - por medios espirituales.

¿Qué revela este intento? Bien, nos dice inequívocamente que también nosotros hemos sido engañados por el "error básico" - la realidad de la materia. Hemos sido embaucados y hemos aceptado esa premisa errónea - que la materia es real, que el hombre es mortal, y que por lo tanto es la materia lo que necesita curación. Por supuesto que esto no es "empezar bien". Cierto es que no nos estamos valiendo de medios materiales para solucionar nuestro problema, pero el problema mismo lo vemos como algo material. Nuestra visión del problema es, muchas veces, tan material como la de los médicos ante una enfermedad, o como la de los jueces ante una bancarrota.La única diferencia en nuestros métodos es que nosotros intentamos usar medios espirituales para curar. ¿Es esto Ciencia Cristiana? Me temo que no. Probablemente podría ser clasificado como una forma de "mente sobre materia", o medicina psicosomática al estilo Ciencia Cristiana... O, en el mejor de los casos, como fe sanadora.

Pero la Sra. Eddy advierte: "Es charlatanería mental hacer de la enfermedad una realidad - considerarla como algo que se ve y se siente - y luego tratar de curarla por medio de la Mente." (CyS 395:23-25). No se puede decir más claro. ¿Pero no es esto lo que a menudo intentamos hacer?

Consideremos un caso real que ilustra la importancia de empezar bien. Una tarde recibí la llamada de un hombre contándome desesperado, que las mejores clínicas del Estado coincidían en que su madre moriría de un cáncer maligno al cabo de dos semanas. Decían que estaba expandido por todo su cuerpo y que ya no había nada que hacer. Por este motivo recurrían a la Ciencia Cristiana como última esperanza. Con lujo de detalles me dio una descripción del diagnóstico médico y de la evidencia. Como pueden ver, el dramaturgo "mente mortal" estaba cuidadosamente montando la escena.

Accedí a visitar a la paciente. Cuando llegué, los elementos del testimonio de los sentidos fueron convincentemente presentados, uno tras otro, por las enfermeras que la asistían. No se le suministraba ninguna medicina ni se le daba ningún tratamiento, presumiendo que ya todo sería en vano. Parecía que todos los argumentos que la mente mortal podía imaginar estaban allí bien colocados. Un cuadro de incurabilidad y desesperanza.

Ahora bien, supongan que ustedes son el practicista al que se le presenta semejante cuadro. En ese mismo momento se hallan en el punto crucial del caso. En ese mismo momento se hallan en el punto crucial del caso. Porque es ahí donde debe tomarse la decisión básica, y debe ser tomada correctamente para posibilitar la curación. Pese a la contundencia con que el testimonio de los sentidos presenta su pretensión de realidad, hay una elección que hacer.

(Recuerdo que cuando estaba en el colegio tuve un profesor que cada mañana, cuando entrábamos, nos decía: "La mera repetición no garantiza estar aprendiendo. La mera repetición no garantiza estar aprendiendo." Es lo único que recuerdo del curso. Por eso no se extrañen si hoy escuchan alguna que otra repetición).

Bueno, ¿cómo van a enfocar ustedes el problema? ¿Qué premisa aceptarán? Primera - ¿que la materia, el cuerpo, es real; que tiene substancia, vida y sensación, que por tanto es destructible por naturaleza y que, de una forma u otra, física o metafísicamente, tiene que ser reparado o restaurado? Aquí es al cuerpo al que se encuentran mirando. Y cuando duele, se hace muy real. O segunda - la premisa de que el Espíritu es real y que el hombre es totalmente espiritual, eterno, perfecto e indestructible; que, por lo tanto, la así llamada materia no es sino un cuadro mental, un cuadro mental que es irreal e ilusorio. ¿Qué premisa deben aceptar en el comienzo de su trabajo?

Sentados aquí, en la calma de una situación hipotética, la elección de la premisa espiritual parece bastante obvia ¿no? Pero como todos sabemos, a menudo podemos ser engañados parcial o totalmente, por el cuadro mental de le mente mortal antes de que nos demos cuenta y hallarnos aceptando la premisa material.

_____________________________________

 

Cuando empecé con la práctica de la Ciencia Cristiana, mi maestra ilustró inolvidablemente este punto de elegir la premisa correcta. Bien al principio de su práctica, su hijo menor se había quedado paralizado de la cintura para abajo con una creencia de polio. Bueno, se pueden imaginar cuán enérgicamente trabajó esa madre - durante horas cada día. Y después de terminar el tratamiento, como es humanamente comprensible, ella iba y miraba debajo de la sábana para ver si él podía mover sus pequeñas piernas. Esto siguió de esta manera durante cuatro largos meses. Finalmente ella misma recurrió a la ayuda de un practicista y le relató las circunstancias. El sólo sonrió e hizo una simple y reveladora observación: "Deje de mirar, querida". Y ella reconoció inmediatamente lo que había estado haciendo.

Volvió a casa y le dio al niño un tratamiento con el cual debió haber empezado. Y al día siguiente, cuando ella lo estaba bañando, ¡él prácticamente saltó de la tina! No había atrofia, no hubo tiempo de convalecencia. Al relatármelo, ella dijo: "Nunca más se me ocurrió mirar sus piernas. ¿Qué tenían que ver con el asunto? Nada. Nada."

Desde entonces, muchas veces, cuando estoy trabajando en algo donde la evidencia parece ser muy real, sólo me digo: "Nada. Nada." Para enfatizar que eso es exactamente lo que estamos enfrentando; una ilusión mental.

Parecería que el científico cristiano más experimentado puede ser engañado. Uno de los alumnos de la Sra. Eddy habló de un incidente en el que nuestra guía repentinamente se volvió del costado de la cama de un paciente críticamente enfermo al que ella estaba tratando. Caminó hacia la ventana y con humildad dijo en voz baja: "Mi querido Padre celestial, por favor perdóname por mirar la materia". La curación siguió de forma inmediata. Hubo simplemente un cambio en la premisa, abandonando la decepción de la materia por una realidad espiritual.

Cuando la mente mortal gradual o repentinamente presenta sus vívidas imágenes mentales a la consciencia humana, sus cuadros de enfermedad, discordia o carencia, siempre parece tratarse de una condición o situación material, tal como ocurre en nuestros sueños cuando dormimos. Debemos estar y permanecer alertas al hecho de que su cuadro es un engaño mental, una mentira - no la realidad, como ilustra la experiencia de la Sra. Eddy.

Quisiera entretenerme en esto, ya que se trata de un punto muy importante. La Sra. Eddy se dio cuenta de cuán engañoso puede ser el testimonio de los sentidos... especialmente cuando duele. Ella dijo que el dormir y el mesmerismo explican la naturaleza mítica del sentido material.

¿Qué es un mito? Es una historia para hacer creer a la gente, una ficción ¿no es cierto? Ahora, ¿por qué tomaría ella esos dos ejemplos para explicar lo que nosotros estamos experimentando? Porque parecen ser muy reales. Todos hemos experimentado sueños y cuán reales parecen, o no lloraríamos o reiríamos mientras dormimos. Pero, al despertarnos, sabemos inmediatamente que todo era una completa ilusión. Si en el sueño ustedes están conduciendo una locomotora de diez toneladas, ¿dónde quedan las diez toneladas de hierro cuando despiertan?

En relación con el uso que hace la Sra. Eddy del dormir o del sueño, puede resultarles interesante acudir a la tercera historia de Nosotros Conocimos a Mary Baker Eddy (We Knew Mary Baker Eddy) en la página 44. Ella le escribe una carta a Calvin Hill, quien estaba sufriendo un problema de enfermedad pulmonar. Aunque él no se lo había dicho, ella lo intuyó. Estaba aterrorizado pues su padre había fallecido ante él de tuberculosis. Ella le indicaba en la carta que fuera a la página 188 de Ciencia y Salud, tercer párrafo, donde ella habla del sueño despierto y el dormido.

Para completar esto, podría recomendarles leer la pág. 250:16-30 de Ciencia y Salud que incluye este interrogante: "Ahora bien, yo pregunto: ¿Hay más realidad en el sueño despierto de la existencia mortal que en el sueño dormido? No puede haberla...". Se dan cuenta de que ella utiliza una comparación muy apropiada para ayudarnos a comprender que lo que estamos viendo ahora es un sueño.

Hoy en día casi nadie, particularmente entre los jóvenes, ha visto a alguien hipnotizado. Pero en la época de Mrs. Eddy, la hipnosis formaba parte de casi todas las actuaciones de vaudeville. Todo el mundo en la calle sabía lo que era el hipnotismo, la mayoría incluso lo habían visto, y por eso ella usa el ejemplo del mesmerismo. Al principio, a mí me parecía más clara esta comparación de la sugestión hipnótica, ya que yo sí había visto a muchas personas hipnotizadas. Pero ella habla del sueño una y otra vez en sus escritos, porque ambos son similares. Son casi idénticos. Una vez que nos damos cuenta de ello y somos capaces de arraigarlo en nuestro pensamiento, cambia toda la naturaleza de la cuestión.

Les contaré una pequeña experiencia: Mi papá, cuando era un muchacho, compartía una habitación con otro joven. Una noche fueron los dos a ver un show donde actuaba un hipnotizador. Voluntariamente el compañero de mi papá subió al escenario. Fue hipnotizado, y se le dijo que estaba sentado sobre un brasero ardiente, cuando en realidad no se había movido de un pequeño taburete.

No obstante, él empezó a retorcerse y retorcerse y muy pronto cayó en agonía - todo esto para deleite de la audiencia, que claramente podía ver que allí no estaba pasando nada. El gritaba de dolor, y finalmente, se desmayó. Mi papá dijo que cuando llegaron de vuelta a casa, su amigo tenía grandes ampollas en el cuerpo; tan real había sido la imagen mental. Y nosotros vemos esto todo el tiempo en la práctica de la Ciencia Cristiana... esta convincente sugestión hipnótica.

Así que Mrs. Eddy usa medios muy adecuados para explicarnos la irrealidad de lo que experimentamos. Ella dice que éste es el error primordial - la pretensión de realidad de la materia. Y nos advierte: "Admitid la existencia de la materia, y admitís que la mortalidad (y por consiguiente la enfermedad) tiene una base en la realidad." (CyS 368:31-33) Y en otra parte, "La materia es... a veces bella, pero siempre errónea." (CyS 277:32).

_____________________________________

 

Una vez una mujer vino a Edward Kimball quejándose de tener plumas amarillas de canario creciendo en ambos brazos. El le dijo: "Señora, no hay plumas de canario en sus brazos." Pero ella estaba muy convencida, diciendo, "Por supuesto que están. Mire." Las plumas de canario eran tan reales para ella como cualquier otra cosa. Ahora, ¿cuánto tiempo creen que el Sr. Kimball empleó tratando de acabar con las plumas? Su tarea, como él sabía, fue simplemente disolver una ilusión mental, un engaño. Y lo hizo mediante el conocimiento del hecho espiritual de que el hombre es imagen y semejanza de Dios y por lo tanto es perfecto ahora.

En un caso como éste, es comparativamente fácil no tratar de cambiar la materia, y empezar desde una premisa espiritual, porque sabemos que a las mujeres no les salen plumas. A los pájaros les salen.

Pero ¿qué hubiera ocurrido si la mujer hubiese mostrado los brazos cubiertos con una desagradable enfermedad en la piel? ¡Huy! ¿No intentaríamos entonces empezar desde una premisa material y tratar de curar la materia? Sin embargo, ¿sería la situación en realidad, una pizca más material? ¿No estaríamos también, sólo frente a una ilusión mental? Entonces, ¿no creen que la misma premisa espiritual sería el punto correcto para empezar? Por supuesto que sí. Pero esto requiere una consecuente vigilancia para estar instantáneamente conscientes de que la materia - con buena o mala apariencia - es una ilusión, y no ser arrastrados por la tentación de aceptar la premisa de la realidad material y después tratar de curarla.

Otra ayuda muy eficaz para aprender a empezar correctamente se encuentra en ese maravilloso y breve párrafo de la página 123 de nuestro libro de texto. Dice así: "La realidad de la Mente muestra concluyentemente cómo es que la materia parece existir pero no existe. La Ciencia divina, superando las teorías físicas, excluye la materia, resuelve cosas en pensamientos y reemplaza los objetos del sentido material con ideas espirituales." Dice casi lo mismo en la página 269, y de nuevo en Escritos Misceláneos.

Ahora, miremos un poco más de cerca las advertencias contenidas en esta afirmación. Saben, no podemos tomar superficialmente estas hermosas palabras que ella dice. Debemos meditar un poco sobre ellas. Como ejemplo de esto último me gustaría remitirlos al primer testimonio del Journal de Marzo de 1918. Probablemente les parecerá el testimonio más extraordinario que jamás hayan leído. Estoy convencido de que cuando uno oye de una persona que tras 20 minutos de leer Ciencia y Salud por primera vez en su vida, está oyendo con un oído en el que el tímpano y el huesillo del oído habían sido quirúrgicamente extraídos, y está escuchando el tictac de un diminuto reloj además de otras cosas de las que había sido sanada, uno empieza a pensar que quizás esto valga la pena.

Pero yo los remito a este artículo por la manera en que ella lee. Hay dos o tres párrafos en los que describe cómo leía, y es muy interesante ver cómo fue profundizando en la lectura. Por eso les hablo de este ejemplo y también de este enunciado de la página 123: para estudiarlos detalladamente y pensar en ellos.

Ahora, en este párrafo, "la realidad de la Mente" (la Verdad) nos muestra "concluyentemente" (esto es, más allá de toda duda, decisivamente, absolutamente, categóricamente) que la materia sólo "parece existir pero no existe". Es "la Ciencia divina" lo que nos capacita para "superar las teorías físicas, excluir la materia, y resolver cosas en pensamientos"; esto es, ver que todo lo que parece ser material es sólo un pensamiento, un concepto mental. (¿Están ahora ustedes en este edificio o está el edificio en ustedes? ¿Están ocupando un cuerpo material o es el cuerpo el que está en ustedes?)

Cuando nosotros entendemos esto, lógicamente reconocemos que la pretensión es mental, y así podemos tratarla. Pero mientras uno está tratando con "cosas", con materia, no está ni siquiera dentro del estadio donde se juega. Uno está todavía en el aparcamiento.

¿Por qué es este "resolver cosas en pensamientos" tan importante? Bueno, en primer lugar, cuando estás tratando con pensamientos, estás tratando con algo que puede ser cambiado, reemplazado, corregido. Pues, ¿alguien oyó alguna vez que un pensamiento no se pueda cambiar? ¿Se dan cuenta dónde deja esto a la pretensión de incurabilidad? ¿Quién ha escuchado jamás de un pensamiento que fuera incurable? Nunca ha existido tal cosa. Este resolver cosas en pensamientos nos permite ver las cosas, más bien como simples ilusiones, errores o equivocaciones mentales, en vez de ver realidades o condiciones materiales que nos puedan hacer temer.

Saben ustedes, la señora Eddy exigió al personal de su casa, que si tenían una pretensión de error, debían poner dos palabras antes de nombrarla: "creencia de". Si sentían dolor de estómago, era "una creencia de dolor de estómago". ¿Pero qué se consigue al poner "creencia de" antes del nombre del problema? Ustedes entonces entran en otro juego. Si ustedes siguen esta simple regla, es muy difícil pensar en ello como materia. Por eso ella nos previene de tratar de sanar (reparar o restaurar materialmente) lo que ahora reconocemos ser ilusiones mentales.

_____________________________________

 

¿Han pensado alguna vez en sanar los rieles del tren que les parece, a ustedes y a todos los demás, como si se fueran a juntar al final de la estación? ¿Y por qué no? Porque ustedes han aprendido, a través de la experiencia o la educación, que la unión de los rieles es una ilusión.

Imagínense tratar de convencer a un practicista para que sane los rieles que se juntan. Sería un tanto embarazoso, ¿no es cierto? ¡La necesidad estaría, antes que nada, en darse cuenta de que nunca se han juntado! Simplemente, no tratamos de curar plumas, o rieles que se juntan, o cualesquiera otras cosas de las que comprendemos, comprendemos, que son sólo ilusiones mentales. Si comprendemos que algo es una ilusión mental, sería tonto tratar de arreglarlo. El desafío, entonces, es mirar a través del falso testimonio de los sentidos, del cuadro material que se nos presenta, y reconocer (comprender) que se trata de un error mental.

¿Y cómo hacemos esto? Ustedes saben muy bien cuál es la respuesta. Permanezcan conscientes del verdadero hecho, del hecho espiritual, como se enseña en la Ciencia divina. Permanezcan en él con un solo pensar, y tan resolutamente, que sólo esta verdad tenga realidad para ustedes. La ilusión se hará evidente por sí misma. Esto es destruir la ilusión por medio de la metafísica divina, y no por medio de un acto de la voluntad humana. Es el poder de la Verdad el que sana. Es el poder de la Verdad el que sana.

Ustedes verán que todo lo que ha ocurrido es que esta falsa creencia se había establecido en la consciencia humana y se había vuelto temporalmente una realidad para nosotros. Es por ello que pensamos que vemos la gripe, o un brazo roto, o carencia, o lo que sea. Y es esta falsa creencia la que debe ser tratada. Ahora el proceso a seguir está señalado en esta Ciencia del Cristo.

Déjenme volver brevemente a este proceso, porque algunas veces nos enredamos en un lenguaje tan altisonante al analizar las cosas que olvidamos lo más elemental. Lo primero que debemos hacer es negar. Y nuestra negación no tiene por qué ser una cuestión tan complicada. Bicknell Young lo pone así de simple. El dice, "Primero, te das cuenta de que no hay origen para esta creencia. Segundo, que no tiene sustancia, ni realidad en su falso plano. Tercero, que no tiene ley que la sostenga. Ni origen, ni sustancia, ni ley." Ni origen, ni sustancia, ni ley .

Lo que ustedes están haciendo con esta negación, es simplemente borrar la pizarra mental. Hay muy poca curación durante esta negación, pero es una parte importante de la Ciencia del Cristo. Estoy sólo repasando alguna de las cosas más simples que la Sra. Eddy nos dice acerca de esto en nuestro libro de texto.

Es entonces cuando vamos a la afirmación. Afirmamos los hechos espirituales. Pero ¿para qué hacemos esto? Porque es el hecho espiritual el que destruye la mentira. Nada más puede hacerlo ni lo hará. Ustedes limpian la pizarra y entonces afirman estas verdades acerca del hombre. Este es el ingrediente activo. La Sra. Eddy dice: "La verdad tiene un efecto sanador, aun cuando no se comprenda totalmente." (CyS 152:8).

Esto es siempre de gran ayuda para mí. Pero a veces, nos lleva un tiempo alcanzar estas cosas, estas verdades. Y trabajamos sobre ellas. Y volvemos a ellas insistentemente. Es por ello que les di este testimonio para leer, porque la mujer volvía a ello insistentemente, sin perderlo de vista. Sus ojos estaban tan débiles que sólo podía leer de línea en línea. Y ella ni siquiera pensaba en ser sanada. No declaraba estas verdades para afirmar nada. Simplemente lo hacía para ver la verdad en ellas. Y esto es lo que nosotros estamos haciendo. Estamos sólo viendo la verdad, la Verdad del Cristo, porque esto es lo que tiene el poder de destruir la mentira que nos parece tan real. Esto es parte de "empezar bien".

A medida que avanzamos, esta verdad, sin un esfuerzo consciente, va destruyendo silenciosamente la mentira. Ustedes mismos saben que algunas veces han estado trabajando y reconociendo la verdad acerca de algo y han sanando pretensiones en las que ni siquiera estaban pensando. A mí me ha ocurrido esto a menudo con mis pacientes. Pero cuando ustedes se dan cuenta de que es el poder de la verdad el que actúa, eso les quita su responsabilidad personal. Ustedes declaran la verdad y ella cobra fuerza por sí misma. Ahí es donde descansa el poder.

Por un momento, hablemos un poco más específicamente y poniendo nuestra atención, en el problema de la provisión. Porque ¿no es este el principal problema con el que lucha su fundación (The Principle Foundation)? Y, en sus reuniones, ¿no buscan ustedes controlar espiritualmente esos cuadros de pretendida limitación? Cuando yo estaba trabajando en la dirección de varias organizaciones filantrópicas, nuestra ocupación principal era cómo conseguir dinero y luego decidir quién debía recibirlo.

Normalmente teníamos ciertos criterios para seleccionar a los receptores y contábamos, entre nosotros, con algunos reunidores de fondos profesionales que podían indicarnos cómo contactar con posibles donantes y qué botones podíamos apretar. Todo lo que provenía de nuestros esfuerzos estaba fundado en un buen motivo o propósito humano, pero utilizando métodos materiales. Inevitablemente, los métodos materiales traen consigo sus concomitantes materiales de deficiencia, escasez, carencia, miedo y necesidad.

No es extraño que nuestra Líder nos advierta contra el uso de tales métodos. En Retrospección e Introspección, página 47, ella dice, "La Ciencia Cristiana rehuye todo lo que tenga que ver con medios materiales para el fomento de fines espirituales". Y Robert Peel cita en su libro Años de Autoridad (Years of Authority) un artículo de Alfred Farlow, nuestro primer Comité de Publicaciones, que en este contexto es muy apropiado. El Sr. Peel dice, "Pese a que en la primera década del siglo hubo un creciente número de artículos en los periódicos de la Ciencia Cristiana sobre 'demostrar sustento', la Sra. Eddy sentía mucha pena de que ciertas personas llegaran a la Ciencia Cristiana sólo por los panes y los peces, y recomendaba un artículo de Farlow en The American Business Man (El Hombre de Negocios Americano) que decía, entre otras cosas: 'A veces la prosperidad individual no está fundada correctamente y, como una casa de fundamentos inadecuados, debe por ello ser demolida y vuelta a construir... Ahora, lo que no ha sido hecho de forma correcta es algo malogrado, no tiene mérito real, y, por muy dolorosa que esta labor le parezca al implicado, mientras antes se acometa este deshacer y rehacer, tanto mejor. Lo que bajo estas circunstancias parece ser una pérdida no es pérdida, sino ganancia. Si nuestra riqueza no se obtiene de forma correcta, no es realmente nuestra, y cuanto antes la perdamos y aprendamos sobre nuestra verdadera situación, tanto mejor.'" (págs. 330-331)

¿No es maravilloso que ustedes, señores, puedan formar parte de un esfuerzo que está basado en un concepto espiritual de sustento? ¡Ustedes están construyendo sobre la roca! Esta premisa elevadora les permite crecer espiritualmente mientras ponen en acción su objetivo altruista de dar y compartir - y permite ayudar a los que dan y a los que reciben a crecer también. ¿No es este crecer espiritual nuestro individual "propósito de vida", nuestra verdadera razón de existir? ¿El crecimiento espiritual que ustedes están haciendo?

¿Saben?, nosotros no estamos luchando por ser el muerto más rico del cementerio, pero sí queremos progresar espiritualmente en lo que la Sra. Eddy llama "la escuela preparatoria de la tierra". Todos estamos en la escuela. No obstante, los problemas que nos llegan no tienen muy buena apariencia y uno se pregunta, "¿por qué me ocurre esto a mí? Asistí siempre a la Escuela Dominical, hice todo correctamente - ¿por qué tenía que suceder esto?"

Es parte del proceso de aprendizaje. Los problemas son lecciones que nos llegan para aprender. De la misma forma que aprendemos álgebra o cualquier otra cosa. Te enseñan un montón de teorías, y luego te dan deberes con problemas para que a la noche los resuelvas. Esta es la forma en que uno aprende. No se puede aprender sólo sentándose a leer las teorías. Es al resolver los problemas cuando hacemos nuestro lo aprendido, y podemos usarlo instintiva y rápidamente, de forma automática, cuando las cosas se nos presentan.

Esta creencia de escasez, ¿es básicamente diferente a las otras caretas que se pone la mente mortal ... enfermedad, pecado, agitación, pelea? Les hablo de esto ahora porque como fundación es lo que más van a tener que enfrentar. Simplemente no pueden quedarse acobardados frente a la creencia de escasez. ¿Hay alguna diferencia en las reglas? ¿Comenzaremos curando plumas, la ilusión? ¿No debemos "empezar bien" para "acabar bien" con este error, como con cualquier otro error?

_____________________________________

 

Nuestra Guía nos da un sentido claro de sustento al decir: "Dios os da Sus ideas espirituales, y ellas, a su vez, os dan vuestra provisión diaria. Nunca pidáis para el mañana; es suficiente que el Amor divino es una ayuda siempre presente; y si esperáis, jamás dudando, tendréis en todo momento lo que necesitéis." (Escritos Misceláneos 307:1-6).

¿No es esto bellamente simple y directo? Ella dice que son las ideas espirituales las que Dios provee. Ahora bien, si empezamos por darnos cuenta de que hay un abastecimiento absolutamente ilimitado de ideas divinas, que nunca mengua ni se agota, ¡comenzamos a ver que estamos tratando con la misma infinitud! ¿Por qué? Porque la provisión es tan ilimitada y siempre presente como el supremo Dador.

La mente mortal trata de mesmerizar al hombre con sus pretensiones de limitación, para que acepte que de alguna forma ha sido separado de la inagotable corriente de ideas de Dios, que es su derecho de nacimiento. Este sentido (esta empañante creencia) de separación lo hace sentirse incapaz de aceptar o ver estas ideas que producen provisión - ideas sustentadas y reforzadas por la ley divina. Es como el vagabundo que se muere de hambre justo delante del banco donde tiene millones sin saberlo.

Así que es de la eliminación de esta creencia empañante de lo que debemos ocuparnos, ¿no es cierto? No intentamos crear más provisión, sino estamos interesados en que se nos revele lo que ya ha sido provisto por nuestra fuente infinita. ¿Y qué es lo único que puede disipar esta obscura nube, dejando al descubierto la provisión espiritual? ¿Qué permitió a Hagar ver la fuente y encontrar ayuda para su hijo? Fue el ángel de Dios, Su idea espiritual o Cristo. Y eso nos permite a nosotros ver lo mismo.

Yo sé que esto funciona. Voy a permitirme ilustrar este punto con una experiencia personal, que a mí me lo demostró hermosamente. Cuando salí del servicio en la fuerza naval comencé a estudiar derecho en la Universidad de California, y después del segundo año, un amigo que estaba en tercero, a punto de hacer su examen final, me dijo, "¿por qué no te examinas tú conmigo?" Y yo le contesté: "Ja ja ja. El tercer año es el más difícil de la carrera, con cientos de casos que leer y las materias más pesadas". Y el me dijo, "vamos, tú podrías hacerlo". Bueno, entré y hablé con el decano de esta enorme facultad y simplemente se rió de mí. "¿Por qué?", dijo, "nunca nadie lo ha hecho. Usted no puede hacer algo así. Usted no puede pasar ese examen con sólo dos años de universidad".

Dejé su oficina y fui a la ciudad. Allí hablé con el profesor de Ciencia Cristiana de mi madre. El me dijo la cosa más maravillosa: "Cuando vas a estudiar, todo lo que estás haciendo es correr las cortinas de la limitación para dejar revelado lo que ya está ahí". Dejar revelado. Aprendí el tercer año en dos semanas. Aprobé todos los tests y con sobresaliente. Hice el examen y lo salvé. Era la primera vez que ocurría en la historia de la Universidad de California. No porque yo fuera brillante, (había muchos compañeros en mi clase que eran más brillantes que yo), sino porque yo tuve una vislumbre de la fuente. Sólo una vislumbre. Pero eso fue suficiente. Esto es lo que estamos haciendo, estamos alcanzando una vislumbre de la infinitud de esta provisión.

Las leyes de Dios son totalmente recíprocas, son leyes del ser que se coordinan y encajan a la perfección. Lo que aparece en el pensamiento humano como una persona o cosa que suple la necesidad de otra persona o cosa, es en realidad la ley recíproca del ser reflejando la totalidad de sí misma. Debemos reconocer y utilizar más y más esta ley recíproca del ser, que está siempre operando a nuestra disposición - y a disposición de aquellos con los que tratamos.

A veces se dice que nosotros hacemos nuestro trabajo en lo absoluto (lo espiritual) y que esto se manifiesta en el mundo de los símbolos (humanamente). Pero nosotros sabemos, que no empezamos por curar metafísicamente la "carencia", o las "plumas", o la enfermedad o cualquier otra ilusión (engaño). Practicamos la Ciencia del Cristo al negar con entendimiento la falsedad de la creencia y afirmar confiada y constantemente la Verdad del Cristo, la continua relación del hombre con Dios.

Esta verdad disuelve la mentira engañosa de la mente mortal. Es todo lo que puede destruir y destruye esta creencia errónea, y deja revelada la unidad inquebrantable del hombre con Dios. Nada más puede hacerlo o lo hará. Nosotros llamamos a esto "curación", pero sus resultados son simplemente efectos secundarios de esta afirmación de lo que es real.

Resumiendo, la carencia realmente no se supera recibiendo más dinero, educación o posesiones - sino despojándonos de la creencia de limitación. La provisión no se obtiene acumulando, sino eliminando la creencia de escasez.

Y eso es todo lo que ustedes están haciendo. En esa ayuda temporal que ustedes dan, a veces es útil darle un pequeño respiro al paciente que ha estado trabajando y trabajando y trabajando, y simplemente parece haber quedado extenuado. Yo a veces les digo, "usted váyase a casa y duerma que yo tomaré el mando por un rato." Y sólo pensar que son aliviados de su carga por un tiempo, los faculta para deshacerse del peso del malestar [disease] - mal-estar [dis-ease] (pónganle un guión mental). Y, en ocasiones, esto es lo que hacen ustedes. Rompen algo del hechizo, y les permiten tener una vislumbre.

_____________________________________

 

Esa verdad tranquilamente va trabajando todo el tiempo. Esa verdad está en acción, destruyendo la mentira. La verdadera provisión no la encontramos en las cosas que vienen a nosotros; por el contrario, es descubierta en las ideas que aparecen a través de nosotros, a través de la transparencia (la claridad, la pureza y la espiritualidad) del pensamiento iluminado.

Confío en que la naturaleza espiritual del sustento, de la provisión de Dios para su idea, el hombre, se haya hecho un poco más evidente. Y con ello, los objetivos y métodos de trabajo de su fundación se harán proporcionalmente más claros. Estas actividades suyas, basadas en la espiritualidad, bendecirán a todo aquel que toquen. No pierdan esto de vista. Bendecirán a todo aquel que toquen. Esto es, tanto al donante como a los receptores.

La Sra. Eddy nos dice: "La materia, examinada bajo la luz de la metafísica divina, desaparece". (CyS 274:33). Por supuesto que desaparece. Ella lo dice una y otra vez. Cuando escribió la "Declaración Científica del Ser" por primera vez, lo puso de esta manera: "No hay materia; todo es Mente infinita y su manifestación infinita". Después, para hacerlo más digerible, lo cambió a la forma que tiene ahora. Pero si ustedes toman la frase de la manera que es hoy, sigue sin haber materia.

En Misceláneos, en la página 357, ella dice: "El Espíritu es todo", y lo pone en cursivas. Cuando ella señala algo en cursivas es mejor prestarle atención. Después dice, "'No hay materia' no es sólo el axioma de verdadera Ciencia Cristiana, sino que es la única base sobre la cual esta Ciencia puede ser demostrada". Más claro no podría haberlo dicho. No hay vuelta que darle, no hay forma de malinterpretarlo. Es la base por excelencia de nuestro trabajo. Nuestros libros proveen esta maravillosa luz de curación a través de sus inspiradas afirmaciones de verdad espiritual. ¿No es ésta una forma práctica de enfrentar el error mortal?

Ahora bien, piensen en esto con atención. Está en Ciencia y Salud 233:29-30: "El hecho contrario relativo a cualquier enfermedad es necesario para sanarla." Fíjense en ese "es necesario". El hecho contrario es lo necesario.

Cuántas veces he recurrido a esto y he iniciado la disolución de la pretensión mortal confeccionando una lista de los "hechos contrarios" de la mentira específica, recurriendo después a la Concordancia para aprender más de cada hecho contrario o verdad. La riqueza de las verdades específicas empieza a fluir y trae "la luz de la metafísica divina". Esto es particularmente efectivo cuando nos sentimos agobiados o cuando el opio de la mente mortal, en forma de apatía o desaliento, se nos presenta. Este proceso puede ser casi mecánico al principio, pero pronto la inspiración empieza a fluir. Alguna vez, cuando se sientan abrumados con algo, recurran a este método.

Les daré un ejemplo. Un fin de semana tuve seis casos de ataques al corazón. Tres de ellos se desmayaron al teléfono. Imagínense toda la conmoción alrededor. Si usted tiene una creencia de dolor de estómago o algo así, uno piensa, bueno, dentro de un rato todo estará bien. ¿Pero un ataque al corazón? ¡Huyuyuy! ¿Cuál es el miedo? La muerte. ¿Cuál es el hecho contrario a la muerte? ¡Vida! Es lo único que realmente es.

De mis tiempos de abogado siempre mantengo un bloc de notas en mi escritorio, así que tomé mi lapicera. Nunca había hecho esto antes. Empecé a escribir todas las cosas que me venían al pensamiento sobre Vida. Eran los hechos contrarios de la muerte. Energía. Vitalidad. Movimiento. Libertad. Fuerza. Y así sucesivamente. Fui anotando ideas hasta que agoté todas las palabras que se me podían ocurrir. Luego fui al diccionario de sinónimos y tomé unas cuantas más y las añadí. Tengo unos cuantos diccionarios y usé todo lo que pude encontrar para agregarlo. Mientras tanto, la mente mortal me hacía pasar un mal rato. Me decía, "Es mejor que te esmeres, o vas a tener un par de pacientes muertos".

Sin embargo, en esa ocasión me di cuenta del poder que encierra esta actividad. Saben, la búsqueda es dulce. ¿Cuál es su estado de pensamiento mientras están buscando estos hechos contrarios de la mentira? Es espiritualmente elevador y alegre pensar en estas cosas. Me acuerdo que había juntado 65 términos cuando concluí, y que uno de ellos era "evergreen", es decir, "siempre verde". Esto tal vez no signifique nada para otro, pero para mí tenía algo de frescor, de vitalidad y de renovación.

_____________________________________

 

Sea como sea, fui a mis Concordancias y miré cada una de las palabras. Bien, no todas las cosas servían, pero ¡cómo me venían las ideas de ese libro mientras leía sobre Vida! Debí haber estado cuatro o cinco horas en eso. Cuando acabé, tenía un sentido de Vida más claro de lo que nunca antes había tenido. Los hechos contrarios llegaron a ser una realidad. No podía haber otra cosa que Vida cuando terminé. Eso es lo que sentía.

El lunes de mañana, los seis estaban de vuelta en su trabajo. Ahora, si hubiera tratado de arreglar colesterol, o arterias, o válvulas o algo así, todavía estaría trabajando.

¿Se dan cuenta? es este hecho contrario. Y es tan simple de hacer. No importa lo turbados que estén, ustedes pueden tomar un bloc y comenzar a escribir los hechos contrarios. Rápidamente verán cómo el temor se va calmando y pronto la cosa empieza a tener sentido para ustedes, entonces leerán esas hermosas afirmaciones que emanan con abundancia de los libros - cosas maravillosas. Nunca antes las habían visto como ahora. El amor que hay en ellas, simplemente sale a luz. Es una bendición tan grande tener esos libros.

Ustedes sabrán que la Sra. Eddy nos dijo que la buscáramos en sus libros. Yo a veces digo, cuando estoy solo, "ahora iré a visitar a mi mejor amiga". Así lo siento. Y esa manera de pensar abre los pensamientos, créanme. Es justamente el estado de pensamiento que se necesita para comprender esos hechos espirituales. Y mientras lo hacemos, las ideas simplemente fluyen. O trabajamos con verdades bíblicas, como con el "Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?" (Isa. 2:22). ¿Qué dice esto de la demanda de la mente mortal de sanar la materia? "Dejaos".

Todos conocemos estas y cientos de otras familiares herramientas espirituales, y con frecuencia las hemos usado en nuestro trabajo de curación. Pero es necesario que estemos alertas bien al comienzo, al comienzo, - a la primera embestida del cuadro de la mente mortal - para que así empecemos bien desde la premisa espiritual y no tratemos de usar estas verdades espirituales intentando curar la materia.

Este es un desafío constante, ¿no es cierto? He conocido personas que han pasado años y años en el más fervoroso estudio. De hecho, toda curación retrasada que he visto, se ha demorado principalmente por haberse encaminado en la senda errónea; tratando, de una manera u otra, de arreglar la materia. Pero sabemos que el poder con el que estamos tratando es omnipotente. Tenemos el derecho de contar con la curación, porque el poder que está detrás de nosotros es mucho más grande que cualquier cosa que se nos ponga por delante. Tenemos el derecho de sentirlo de esta manera.

Antes de terminar, déjenme contarles el desenlace del ejemplo que mencioné al comenzar. Cuando la paciente me informó que todo vestigio de la enfermedad se había desvanecido (el cáncer había desaparecido), traté de recordar por un momento lo que había pensado hacía una semana, cuando la vi por primera vez. Entonces me di cuenta que lo importante de esta curación fue que, por mi parte, no podía recordar haber visto ninguno de los síntomas o apariencias de aquel problema, tan completamente libre de materia había llegado a ser mi visión de ella. En ningún momento había habido un esfuerzo para sanar o reparar un cuerpo material. Toda negación y toda afirmación fue hecha con el solo propósito de disolver una mentira y ver, en su lugar, una perfecta idea de Dios. (Desearía poder hacerlo más a menudo. Pero es una hermosa experiencia cuando sucede así).

Su hijo había sido amigo cercano del Gobernador de California, y éste personalmente se preocupó de que fuera examinada en las mejores clínicas del estado, y el diagnóstico fue unánime. Se creyó que no había forma de que ella pudiera seguir viviendo. Pero esa creencia no tiene origen - su pretensión no tiene substancia - y no hay ley que la apoye, ni conocida ni desconocida, ni médica ni de otra índole. Con esto, ustedes limpian la pizarra. Después afirman lo que es verdad, y lo hacen consistentemente.

Nuestra Guía lo establece en esa afirmación que ustedes conocen tan bien: "Jesús veía en la Ciencia al hombre perfecto, que aparecía a él donde el hombre mortal y pecador aparece a los mortales. En ese hombre perfecto el Salvador veía la semejanza misma de Dios, y esa manera correcta de ver al hombre sanaba a los enfermos." (CyS 477:34-4).

Otra vez más, la curación es simplemente la aplicación práctica de las reglas de esta Ciencia del Cristo, y "empezar bien" es una de las reglas. Queda bien resumido de esta forma: No tratamos de ver al hombre mortal como la imagen y semejanza de Dios; tratamos de ver la imagen y semejanza de Dios en vez del hombre mortal. ¿No esclarece esto nuestro objetivo al sanar? Y eso es exactamente "empezar bien."

 

Traducción de una charla dada en la reunión anual de 1990 de la fundación "The Principle Foundation" [http://www.principlefoundation.org/ ] por Daniel L. Jensen, C.S.B.

Autor: Daniel Levi Jensen foi estudante da Ciência Cristã por toda sua vida. Nascido e criado em Fresno, Califórnia, graduou-se na   Fresno High School e Fresno State College. Mais tarde,   conquistou um MBA na  University of Southern California.

Durante a Segunda Guerra Mundial, o Sr. Jensen serviu na Marinha dos Estados Unidos como um técnico de radar. Foi quando estacionado em San Diego  conheceu e estabeleceu amizade,  que conservou ao longo de sua vida,  com Laura Conant, esposa de Alfred F. Conant - o compilador da Concordância para os  escritos de Mary Baker Eddy.

Depois de vários anos de trabalho pessoal, ele continuou seus estudos na Universidade de Hastings College of the Law da Califórnia em San Francisco. Depois de concluído a faculdade de direito,  Mr. Jensen passou no exame da Califórnia Bar e voltou a Fresno para exercer  advocacia por vários anos.

Em 1960, recebeu aulas de  Instrução em  Classe Primária de   Ciência Cristã de Louise Brown Hurford, CSB. Três anos depois, vendeu seu escritório de advocacia,  a fim de dedicar-se ao trabalho, em tempo integral, como  praticista da Ciência Cristã.

Jensen foi nomeado por representantes da Igreja da Ciência  para servir como  diretor regional das Organizações Universitárias da Ciência Cristã. Também ensinou na Escola Dominical da Ciência Cristã por aproximadamente 25 anos, serviu como  capelão de presídio, em San Quentin,  por quatro anos.

Sr. Jensen  concluiu a Classe Normal de Ciência Cristã em 1970,  ministrado por Neil Bowles, CSB, de Atlanta, Georgia. A essa altura, estava vivendo na área de San Francisco, onde ensinou todas as suas Classes Primárias de Ciência Cristã.  Em 1973  foi nomeado pelo Conselho de Diretores da Ciência Cristã para servir no Conselho de Curadores da Associação Beneficente de Ciência  Cristã em San Francisco, mais tarde renomeado Arden Wood, Inc. Ocupando esse cargo durante doze anos.

Daniel L. Jensen fez sua transição em sua residência, em Point Richmond, Califórnia, em julho de 1995. Sua generosidade e  profundo amor, reforçado pela sua devoção a Deus, tocou inúmeras vidas. Este praticista continua sendo muito amado e  exemplo para ser emitado. "Muito bem, servo bom e fiel."

_____________________________________________________________